La Armada de Israel participa esta semana por primera vez en ejercicios navales conjuntos con Emiratos Árabes Unidos y Baréin, según revelaron este jueves desde la Quinta Flota de EE.UU., que también forma parte de esas maniobras.
De acuerdo con el comunicado difundido por la marina norteamericana, las «operaciones multilaterales de seguridad naval» arrancaron el pasado 10 de noviembre en el mar Rojo y durarán cinco días. «El entrenamiento fomentará la interoperabilidad entre los equipos de interdicción marítima de las fuerzas participantes», reza el texto del documento.
«La colaboración marítima ayuda a proteger la libertad de navegación y el libre flujo del comercio, un hecho esencial para la seguridad y la estabilidad regionales», dijo el vicealmirante Brad Cooper, comandante de la Quinta Flota.
Tensiones con Irán
Entretanto, medios israelíes reportaron que las maniobras se producen en respuesta a la supuesta amenaza iraní para las aguas regionales.
«A los iraníes (…) hay que alejarlos del mar Rojo para que no infrinjan la libertad de navegación de Israel y se abstengan del terrorismo marítimo», afirmó en una rueda de prensa un alto representante de la Armada israelí, citado por The Jerusalem Post.
El funcionario, cuya identidad no fue revelada, señaló que los ejercicios buscan ampliar el alcance de las operaciones de la Armada del país hebreo, así como mejorar su capacidad para detectar amenazas, informa The Times of Israel.
Asimismo, resaltó que se trata de los primeros ejercicios conjuntos con Baréin y Emiratos Árabes Unidos, como parte de un esfuerzo más amplio que prevé la colaboración con socios internacionales.
Por su parte, el comandante de la Fuerza Aeroespacial de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, Amir Ali Hajizadeh, condenó este jueves las amenazas proferidas por funcionarios israelíes contra la nación persa y aseguró que solamente acelerarán su «predestinado» fin como Estado.
Las tensiones entre Irán e Israel se agudizaron en julio, después que se produjera un ataque contra el petrolero Mercer Street, operado por una empresa de propiedad israelí en el mar Arábigo.
Tel Aviv acusó a Teherán de perpetrar esa agresión y sostuvo que Irán es un «exportador de terrorismo, destrucción e inestabilidad», alegatos que el país persa ha rechazado repetidamente.